Pasamos nuestra vida buscando a "nuestra media naranja" a una persona que nos haga sentir felices, plenos, especiales, que nos diga lo bien que nos vemos una y otra vez, que a pesar de nuestros errores no pierda la confianza y la fe en nosotros, una persona que nos haga sentir únicos e importantes y en este proceso nos estrellamos una y otra vez y nos echamos a la pena dando un sin fin de razones que en algunas ocasiones suelen ser completamente ilógicas donde probablemente nos culpamos a nosotros mismos o a la otra persona y en algunos casos a terceros. Después de un tiempo de sufrir, llorar y buscar culpables nos levantamos y seguimos a la espera y en ocasiones en busca de esa "media naranja" pero nunca nos detenemos a pensar cual es realmente el error, que es lo que sinceramente buscamos para nosotros y porque a pesar de intentarlo una y otra vez nunca logramos esa plenitud que se supone debería darnos nuestra "media naranja" y la respuesta es tan sencilla y obvia que pasa frente a nosotros y la ignoramos por completo y es que esa "media naranja" somos nosotros mismos, es esa parte de nosotros que aún no descubrimos porque hay algo que tenemos que meternos en la cabeza y es que... NO NECESITAMOS DE NADIE PARA SER FELICES, que mientras tengamos amor propio el amor de otras personas llegará por añadidura, que no hay nada más importante que tú seas quien crea en ti, que te digas todos los días lo grandioso, especial, lo bien que te ves y que a pesar de los problemas o los malos momentos que puedas pasar no dejes de creer en ti y no olvides nunca lo mucho que vales, porque siempre que sepas y confíes en ti puedes conseguir todo lo que quieras y entender que tu felicidad sólo depende de ti mismo, que esa otra persona es un complemento, una guía, una compañía para dar pasos más certeros en la vida, para crecer juntos, es un apoyo pero no una base, el día que podamos comprender eso encontraremos a alguien que nos valore y nos respete como lo hacemos nosotros mismos.
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