miércoles, 4 de septiembre de 2013

¡Él!

Él hace que todo sea diferente, en ella simplemente se desvanecen esos deseos de soledad y fortaleza frente a la posibilidad de amar, sabe que todo es un riesgo, pero sabe también que por él vale la pena arriesgarse y quizás perder, porque él removió una parte de su ser que ella creía muerta, una parte que brillaba y que alguien más apagó. Sencillamente él llegó y con una palabra derribó esa barrera que ella tenía frente a la felicidad, él genera en ella los temores más grandes, temores que siempre son opacados por los sentimientos más bellos que en ella florecieron. Él es el culpable, el culpable de que ella quiera ser mejor, de esa sonrisa que su rostro muestra a la vida desde que él apareció, de sus deseos de luchar por la felicidad de alguien más y al mismo tiempo compartir las tristezas de él y adoptarlas como suyas, porque sabe que un Él no llegará dos veces a su vida, que lo que siente es algo nuevo pero hermoso, que probablemente nadie más logre transmitirle, él es el dueño de sus sentimientos y sus pensamientos, el primero al abrir sus ojos en la mañana y el último antes de cerrarlos en la noche. ¿Él será sólo un sueño acaso?

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